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Antes de profundizar en las estrategias de estimulación del habla, es importante comprender que los niños pueden tardar en desarrollar el lenguaje por múltiples razones.
El lenguaje es una habilidad que se desarrolla en etapas. Según los estudios sobre desarrollo infantil, se espera que un niño de dos años pueda formar frases simples de dos palabras, mientras que a los tres años su vocabulario y estructura gramatical se expanden significativamente. Sin embargo, algunos niños pueden presentar un ritmo más pausado sin que esto sea necesariamente una señal de alarma.
Algunos factores que pueden influir en el desarrollo del habla incluyen:
Importante: No todos los niños que tardan en hablar tienen una condición clínica. Sin embargo, si un niño de tres años no usa frases simples o evita la interacción verbal, es recomendable buscar una evaluación con un especialista en desarrollo infantil.
A continuación, exploramos cinco estrategias efectivas para mejorar la comunicación de los niños que hablan poco.
El juego es una de las mejores herramientas para estimular el habla. Juegos interactivos como el “veo-veo” o los juegos de rol ayudan a los niños a practicar el uso del lenguaje de manera divertida y sin presión.
Recomendaciones:
Usar juguetes que favorezcan la conversación (muñecos, carritos, bloques).
Narrar lo que estás haciendo: “Ahora ponemos el bloque aquí”, “Voy a hacer una torre alta”.
Evitar preguntas cerradas de “sí” o “no”; en su lugar, haz preguntas abiertas: “¿Qué estás construyendo?”
Los niños aprenden observando y escuchando. Si tu hijo no responde verbalmente de inmediato, modela la conversación sin exigirle una respuesta inmediata.
Ejemplo:
En lugar de preguntar “¿Qué querés comer?”, puedes decir: “Hoy tenemos sopa o arroz, ¿qué te gustaría?”. Si el niño no responde, puedes agregar: “Puedes decir ‘quiero sopa’ o señalarlo con la mano”.
Importante: Evitar corregir en exceso la pronunciación o presionar al niño para que repita palabras. La clave está en la exposición natural y constante al lenguaje.
Si un niño usa palabras sueltas, expande su respuesta para fomentar estructuras más completas.
Ejemplo:
Si el niño dice “pelota”, puedes responder: “Sí, es una pelota roja que rebota muy alto”.
Esto refuerza la idea de que hablar implica más que solo nombrar objetos, ayudando a mejorar la estructura del lenguaje.
Las canciones y los cuentos son herramientas clave para estimular el lenguaje.
Cantar canciones repetitivas: Como “Los pollitos dicen” o “Cabeza, hombros, rodillas y pies”.
Leer libros ilustrados: Hacer pausas para que el niño complete frases o nombre objetos en las imágenes.
Usar cuentos con rima y ritmo: Ayudan a mejorar la memoria verbal y la entonación del lenguaje.
El entorno influye en la comunicación. Es importante:
Reducir el tiempo de exposición a pantallas pasivas y priorizar la interacción cara a cara.
Mantener contacto visual al hablar con el niño para reforzar la conexión y la atención.
Crear momentos específicos de comunicación sin distracciones, como durante la comida o al jugar juntos.